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viernes, 4 de enero de 2008

Treinta Años: Una reflexión sobre el golpe de Estado en Chile

Horacio Villalobos tenía 27 años cuando recibió el encargo de la revista Times de fotografiar al presidente chileno Salvador Allende. Para esos efectos este argentino viajó a Santiago para cumplir con el encargo en una cita que estaba fijada para el 11 de septiembre de 1973.

Esa jornada del fotógrafo dio como resultado una serie de imágenes históricas, (entre las que se cuenta ésta, la última del presidente con vida) además de una muy profunda y sentida reflexión acerca de las instituciones democráticas y el ejercicio ciudadano.

Eso es lo que se expondrá a partir del lunes 7 de enero a las 11:15 hrs. en la Casa de la Cultura de Rancagua, en la exposición titulada Treinta Años: Una reflexión sobre el golpe de Estado en Chile en el marco de la Universidad Internacional de Verano 2008. En la ocasión tendremos la oportunidad de oír además, de boca del mismo autor, sus impresiones y visiones acerca del hecho histórico que divide en dos la Historia del Chile Contemporáneo.

"Me alojé en el Hotel Panamericano y, a la mañana siguiente, me llamó el corresponsal de Times para decirme, 'oye, por qué no te vas para la plaza [de la Constitución], porque hay movimientos'. Llegué como a las 8:15 y me encontré con dos tanquetas de Carabineros, justo frente a La Moneda, y unos 3 ó 4 carabineros por lado. Esa fue la primera fotografía que tomé del golpe en Chile.

"En ese momento, las tanquetas se retiran y los carabineros dejan la plaza. Fue cuando por una de las ventanas del primer piso Allende se asoma para constatar que lo estaban abandonando a su suerte. Yo tenía dos cámaras, una con un zoom y la otra un gran angular. Me pongo a correr y grito 'Allende, Allende'. Al lado mío corría Arielo Netto, un camarógrafo amigo, uruguayo, que era más respetuoso y gritaba 'Señor presidente, señor presidente'. Esa cuadra de La Moneda había estado realmente desierta y entonces sucede algo mágico: justo aparecen caminando unos chicos que nos habían escuchado, Allende vuelve entonces a abrir el balcón y hace un saludo fugaz. Yo tomo dos fotografía con el gran angular, para que se vean los chicos. Uno mira a Allende y le dice: Deles duro compañero presidente. "

Fuentes: ElPais.com, Fotomundo 1997.

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